Por Rafael Rey
EL MENDOCINO MARTÍN Appiolaza, especialista en seguridad
ciudadana y prevención del delito, estuvo la semana pasada en Montevideo, en el marco del Foro Justicia
2014, organizado por el Centro Interdisciplinario de Estudios Judiciales y la
Asociación de Funcionarios Judiciales del Uruguay.
Allí dio una conferencia ("Seguridad, política y
populismo penal"), donde, "entono de farsa", brindó consejos a
aquellos candidatos que "quieren ganar fama y votos usando a las víctimas
de los delitos". Según Appiolaza, actual asesor de la Municipalidad de
Rosario en temas de seguridad pública, es un buen momento para quienes
"piensan que se pueden dejar de lado los argumentos y transformar el
miedo en votos".
- ¿Por qué recurre a la ironía para abordar cuestiones de
seguridad?
- Me parece que hay que desdramatizar la cuestión. La sobre dramatizamos.
Y desde la posición de una izquierda democrática, no sólo la dramatizamos sino
también nos escondemos detrás del dramatismo, porque les tenemos miedo a las
palabras y miedo a las ideas sobre el tema. Y esto se traduce en las gestiones.
Por otro lado, la ironía es un elemento de violencia que te
lleva a la reflexión. Y tercero, no hay
candidato, no hay funcionario, que desde una perspectiva de izquierda, no se
pregunte cómo hacemos para ser efectivos en el discurso sobre el populismo
penal, el discurso de la derecha respecto de la seguridad. Y quizás una forma
sea la ironía y la risa. La ironía destruye. El intento es dejar en evidencia a
esos tipos que utilizan ex profeso y de manera calculada, medida y orientada,
al dolor como elemento de aglutinamiento político. Es claramente un proyecto
político no racional, sino emocional, que genera un consenso. Durante su
exposición habló sobre el "remplazo de las políticas de promoción social
por las de control social". La izquierda en los últimos años cambió su discurso,
dejó atrás eso de que cuando baje la pobreza va a desaparecer el delito y
comenzó a buscar un equilibrio entre las políticas sociales y la mano dura.
- ¿La solución puede estar en ese equilibrio?
- El análisis marxista clásico del determinismo económico se
termina encontrando con el discurso de la derecha, de la pobreza como
determinante del delito. Y terminan diciendo las mismas cosas. Cuando desde la
izquierda más democrática entendemos esto, y hemos estado revirtiendo estos
mecanismos, entonces el cuestionamiento pasa a ser: "¿nos hacemos cargo, o
dejamos hacer?". Y vos no podés tener una política progresista en términos
de políticas sociales sin acompañarla de una política progresista en términos
de control de la violencia y el delito. Hay estudios en nuestros países que
muestran el carácter contradictorio entre la inversión social y la violencia
institucional, básicamente policial-judicial. El Estado aparece en los sectores
populares fragmentado, discontinuo y contradictorio. Ante eso, la violencia
interpersonal y la violencia estatal cumplen un rol fundamental. No es un tema
que nos pueda ser indiferente. Tenemos que tener una política sobre esto.
- Ahora, ¿qué le pasa a la izquierda democrática en estos
temas?
- Hay ciertos pruritos. El primero es la tradición más
ortodoxa: "cuando generemos igualdad y otras condiciones sociales, la
violencia y el delito se van a terminar". Pero mientras tanto, ¿qué
hacemos? ¿Cedemos el control de las instituciones a quienes siempre se ocuparon
de esto? O bien no vamos a fondo, y cuando hacemos intervenciones sobre las
instituciones de control, básicamente lo hacemos a medias, y si nos sale mal le
cortamos la cabeza a los funcionarios; o no hacemos nada y le cedemos esa área
a los que tienen el saber empírico. Entonces parcelás y dejás esas
instituciones en manos de policías y la ortodoxia judicial. Y eso es un problema,
porque entrás en contradicción con otras políticas del Estado.
- Una de las "respuestas" del Estado fueron los
megaoperativos. El discurso era que la Policía, el Estado, entra en todos los
barrios. Pero se da eso de que el Estado siempre llega con la pata policial,
mientras continúa ausente en otros aspectos.
- En los barrios populares, la primera cara del Estado que
ven los pibes es la Policía, antes que la maestra. Saben qué es la Policía
antes que la maestra o el doctor. Y sobre eso construyen una identidad. Entonces,
si es la primera cara del Estado, no nos puede ser indiferente a la hora de construir
ciudadanía.
- Decía en su charla que "las políticas de seguridad
construyen políticas sociales".
- Ahí tomo una definición de las políticas sociales. Hacer
políticas sociales es construir ciudadanía. Por lo tanto, la violencia estatal
y la decisión de la política criminal sobre qué se persigue y qué no se persigue,
a quiénes les quitamos y a quiénes no, también está construyendo tipos de
ciudadanía. Lo digo desde una perspectiva de ciudadanía: quiénes son ciudadanos
plenos y quiénes no.
Vos necesitás una política social armónica. No podés tener
políticas contradictorias donde, por un lado, promocionás los derechos de los
jóvenes y los niños como actores sociales transformadores, empoderados,
politizados y actuando en parlamentos juveniles; y por el otro tenés la política
de facto de la comisaría, de detener grupos de jóvenes por averiguación de
antecedentes todas las noches, por el solo hecho de ser jóvenes. Entonces, ¿qué
juventud estás construyendo, qué ciudadanía joven estás construyendo? Tenés un doble
discurso, o por lo menos una contradicción.
- Habló de estrategias para una política de seguridad
progresista. Acá, la izquierda, por ejemplo, ha votado aumentos de penas para
los adolescentes; de alguna manera se ha dejado llevar por el discurso de la
derecha. ¿Cuáles deberían ser esas estrategias?
- La primera es poder formular la política de seguridad. Si
vos tenés información, demostrame que un aumento de la pena para adolescentes
disminuyó el delito. Si me lo demostrás, yo capaz lo apoyo. Pero si no
disminuyó ni la violencia ni el delito, hacete responsable por las decisiones
que tomaste como parlamentario. Creo que cada vez más los partidos o las
alianzas de gobierno socialdemócratas o progresistas de nuestros países, que no
están marcadas tanto por un populismo personalista y cortoplacista como
otras, están asumiendo el tema de la seguridad pública. Los partidos se están
tomando en serio el tema de la seguridad pública. Yo veo a la presidenta
Bachelet, por ejemplo, después de haber tenido una política errática en su
primer mandato, construir un gabinete sólido en el tema de la seguridad, planificar
y evaluar y programar objetivos a cuatro años. Y poner a los funcionarios de
su confianza a cargo de los temas. Funcionarios políticos para los diseños, la evaluación
y la gestión de políticas, y funcionarios policiales de su confianza a cargo
de la cuestión táctica operativa. Y eso me parece que es construir una política
de seguridad y dar respuesta a una demanda ciudadana. Si no la otra forma que
ha funcionado en alguno de nuestros países es la delegación. Delegás las
responsabilidades en las policías y cuando hay delitos escandalosos le cortás
la cabeza al jefe de la policía. Mientras tanto funciona una lógica de doble
pacto; por un lado los funcionarios políticos sostienen a los jefes policiales,
dándoles libertad a cambio de que no haya grandes escándalos públicos, y al mismo
tiempo, desde las estructuras policiales se regulan la violencia y el delito
dentro de márgenes estables, tratando de que no haya grandes escándalos. Ese doble
pacto ha funcionado durante mucho tiempo, y esa es la expresión clara del desgobierno
político de la seguridad.
- Acá se han intentado reformas en la estructura policial
que han generado mucha resistencia en la interna de la institución.
- Las instituciones corporativizadas siempre se van a
resistir a los cambios y a las injerencias de otros. Los argumentos son los
que conocemos: los civiles no saben nada de estos temas; mucho menos si son
progresistas, y aquí los que saben son otros. Esa legitimidad y ese reconocimiento
también hay que ganárselo, me parece, en la sociedad y en la propia Policía. Y
si no, también la Policía tiene que someterse a la voluntad popular; la Policía
no es una institución que delibere y defina sus propias políticas, sino que es una
herramienta de las políticas del Estado, y debe estar sujeta a esas políticas.
Pero esto dentro de la Policía no es una posición hegemónica. Hay algunos
actores que resisten, porque obviamente ven afectados algunos de sus
intereses, pero hay otros actores dentro de la propia Policía, y yo conozco
muchos dentro de la Policía uruguaya, muy convencidos de que es necesario
modernizar las instituciones, adecuarlas a las nuevas épocas,
Los progresistas solemos desconfiar de palabras que nos
suenan feas, como "represión", "control",
"operativos", que traen reminiscencias terribles. Pero tenemos que
conocer el ámbito que definen esas palabras. Más cuando es la principal demanda
social.
- También hizo mención a "recuperar a las
víctimas". ¿A qué se refería exactamente?
- Hace un par de años me asaltaron, en México. Todavía hoy,
si voy medio distraído por la calle, y veo a alguien con campera de cuero, con
la mano en el bolsillo, como venía el tipo que me encañonó, tiemblo, se me
eriza la piel.
Como yo hay muchísimas personas que han pasado por este
trauma La pregunta es: ¿esta situación la aborda el sistema de salud? La
violencia también está generando gente con discapacidades físicas; ¿la estamos
contemplando y la estamos atendiendo? Cuando es un trauma violento, por
ejemplo cuando muere alguien, ¿qué pasa con el entorno familiar?, ¿qué pasa
con el intento de venganza que puede aparecer? Tenemos que abordarlo y tenemos
que tratarlo. En la Municipalidad de Rosario, por ejemplo, estamos trabajando
con un dispositivo de atención a las víctimas de armas de fuego, que aborda a
la persona, al grupo que pertenece, generalmente una bandita, un grupito de amigos,
y a su familia Generalmente el grupito es un sustituto o un complemento de la
familia, y hay que abordarlo. Y lo que encontramos todo el tiempo es que hay
conflictos irracionales entre grupos, sostenidos a lo largo del tiempo,
broncas. Hay que ir sobre esos conflictos, hay que gestionarlos y hay que
mediarlos. Si tomamos ese tipo de medidas, después vamos a tener a mediano y
largo plazo una reducción de los enfrentamientos, además de una mejora en la
calidad de vida de las personas. Y una disminución en la angustia y en el
temor. Pero hay que tomarlo como un tema, y creo que no lo hemos hecho. Desde
el progresismo hay como cierto sentimiento de que es un daño inevitable,
digamos. Pero posiblemente el daño se puede prevenir, y además se pueden prevenir
futuros actos de violencia abordando esos temas.
Creo que esa atención hay que priorizarla y hay que tenerla
súper en cuenta. Especialmente en grupos de niños, de jóvenes, que sufren
condiciones de violencia desde el momento de nacer, que aprenden el lenguaje
de la violencia como una forma de resolver los conflictos, de ganar respeto y
de conseguir minas.

ASUMIR LAS RESPONSABILIDADES
"EL CEDER, EN buena medida, la formulación de políticas
a las instituciones policiales, o a los trabajadores policiales, que traen un
saber hacer empírico pero no una evaluación y una reflexión de naturaleza
estratégica, hace que tengas un discurso desfasado en el tiempo y además
contradictorio respecto de las otras políticas. Por eso es muy importante el
gobierno político de la seguridad. La autoridad democráticamente electa debe
asumir la gestión estratégica de las instituciones de la seguridad pública, y
necesita cuadros técnicos-políticos para gestionarlas. La parte táctica
operativa les corresponde a los funcionarios que conocen de esto, que son los
policías. Y hay que jerarquizar a los policías, reconocerlos, y en todo caso
especializarlos y darles formación para su área específica de intervención.
Pero las políticas públicas no son la especialización de la policía; definir la
política de seguridad para un país no está en los planes de estudio de ningún
policía, ni tiene legitimidad para definirla porque no se ha sometido ni
siquiera al voto popular. Está en los funcionarios políticos que asumen la
responsabilidad, frente a la sociedad, ante la principal demanda social, de darle
respuesta al tema."