lunes, 27 de enero de 2014

¿Cómo prevenir la violencia en grupos de niños, niñas y jóvenes afectados por la violencia armada?


Publicada por el Boletín de la Biblioteca del Congreso de la Nación. Cita:

APPIOLAZA, Martín. 2013. ¿Cómo prevenir la violencia en grupos de niños, niñas y jóvenes afectados por la violencia armada? En Boletín de la Biblioteca del Congreso de la Nación N°. 127. Buenos Aires.

1. Introducción

¿Cómo impacta la violencia y especialmente la violencia agravada por el uso de armas de fuego en niños, niñas y jóvenes? ¿Cómo se conciben las políticas públicas para abordar el problema? ¿Existen políticas de prevención y la única intervención estatal es la persecución penal? ¿Cómo se relacionan los comportamientos de adolescentes y jóvenes con estructuras criminales? ¿La pertenencia a grupos juveniles callejeros, universalmente conocidos como pandillas, es el final de toda posibilidad de abordaje o abre oportunidades para otras transformaciones? ¿Cuál es la situación en algunos países con situaciones críticas? ¿Cómo deberían construirse estrategias para prevenir la violencia en estos grupos altamente victimizados?
El desafío es pensar el fenómeno desde una perspectiva de derechos que se aleje de los enfoques de control que vienen fracasando, mapear oportunidades de intervención para prevenir violencia y delito en adolescentes y jóvenes afectados por la violencia armada e insertos en pandillas y estructuras criminales. También revisitar investigaciones relevantes y analizar también algunos casos. Establecer algunos ejes conceptuales desde donde desarrollar intervenciones y poner en contexto sudamericano.
Un texto referencial es la investigación “Ni guerra, ni paz” de Luke Dowdney, que estudió pandillas en 12 países con el apoyo de Save the Children y la International Action Network on Small Arms. Aquel trabajo aportó un conocimiento sobre el tema y también motorizó una agenda internacional para ocuparse del fenómeno de los niños y niñas afectados por la violencia armada organizada. Los fenómenos presentan algunas transformaciones en un contexto de aceleración en la circulación de mercancías e información, globalización en aspectos comerciales y culturales.
Nos interesa destacar dos dimensiones de los grupos juveniles afectados por la violencia:
  • Dimensión colectiva: Las pandillas no deben ser vistas sólo como organizaciones para delinquir, enfoque extendido y motorizado tanto por gobiernos como por organizaciones internacionales y no gubernamentales. Los grupos de adolescentes y jóvenes que participan en subculturas delictivas pueden ser la oportunidad para transformarse y que ellos cambien las causas que alentaron sus comportamientos violentos.
  • Dimensión individual: el ingreso de adolescentes y jóvenes en estructuras criminales les reserva un rol de alta exposición a la violencia, reproduce las condiciones de privación de derechos y son especialmente señalados por la persecución penal. Pero también los gratifica individualmente o en grupos (pandillas) y esa dimensión debe ser abordada para intentar transformar las condiciones que facilitan la violencia y el delito.


viernes, 10 de enero de 2014

La doble moral sobre la violencia y la infancia: Luciana


Luciana vivía abandonada. Muchos quisieron ayudarla. Los dispositivos del Estados no pudieron garantizar su vida. Su abuela dice: pedí ayuda y me la devuelven en un cajón. Murió por la violencia. Tenía 3 años. http://www.losandes.com.ar/notas/2014/1/9/confirman-luciana-murio-fuerte-golpe-cabeza-760658.asp

La mamá de Luciana es Evelyn. Tuvo su primer hijo a los 16. Fueron 5. Además de Luciana, otro murió por una infección. Evelyn fue golpeada. Apuñalada. Se agredió con consumos nocivos. Ahora está presa y las compañeras de cárcel dicen que la van a matar: http://www.diariouno.com.ar/mendoza/La-historia-de-Evelyn-Rodriguez-la-madre-de-Luciana-replica-la-violencia-y-el-abandono-20140110-0011.html

En el mismo día que se publican estas noticias, el padre Grassi, acusado de abuso sexual de niños pide salir de la cárcel...

Hay una doble moral sobre la infancia. Luciana nació prematura y con bajo peso. Si hubiera muerto allí mismo, como cientos de otros niños y niñas de padres pobres mal nutridos, no nos hubiéramos enterado. No nos horrorizamos diariamente con esos muertos. Muertos invisibles.

lunes, 23 de diciembre de 2013

"El mundo cambió, nuestra sociedad cambió"

Entrevista del ISEPCI 

“El mundo cambió, nuestra sociedad cambió, nuestro barrio cambió, tenemos que generar mecanismos para disminuir la violencia y que la inclusión sea realmente efectiva”

Martín Appiolaza estuvo en Rosario participando en calidad de panelista de la Jornada “Territorios, Derechos y Seguridad Ciudadana. Hacia la construcción de comunidades libres de violencia”, organizada por la Oficina de Derechos Humanos de la Municipalidad dirigida por Gabriela Sosa.

El experimentado asesor en Seguridad Ciudadana compartió con integrantes del ISEPCi ( Instituto de investigación social, económica y política ciudadana) brindó sus puntos de vista sobre la problemática de la violencia.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

La crisis detrás del reclamo


El director del Centro de Estudios en Seguridad Urbana de la UNCuyo, Martín Appiolaza, analiza el conflicto que comenzó en Córdoba y se extendió a lo largo de todo el país. Planteó la necesidad de repensar el sistema de seguridad democrática, de definir un modelo policial y de generar canales de diálogo. El debate sobre la sindicalización de la fuerza, posibilidad a la que adhiere el abogado y profesor del Instituto Universitario de Seguridad Pública (IUSP), Alberto Montbrun.

Entrevista Verónica Gordillo, Edición Cuyo, 13 de diciembre de 2013

La crisis detrás del reclamo
El fondo del conflicto cuya chispa se encendió en Córdoba y prendió en la mayoría de las provincias es mucho más profundo que un reclamo salarial: es la imposibilidad del Estado de repensar el sistema de seguridad democrática y de decidirse por un modelo de policía profesionalizada, lo que incluye capacitación permanente, sueldos dignos, un escalafón único y un estricto control civil sobre la fuerza. Este es el análisis que hizo sobre la problemática Martín Appiolaza, director del Centro de Estudios en Seguridad Urbana de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo.
El conflicto que se inició en Córdoba, se extendió a 22 provincias y dejó un saldo de nueve muertos comienza a aplacarse con los aumentos de sueldo dispuestos por los gobiernos locales, en medio de la extorsión que significa que las calles de muchas localidades fueran liberadas a los saqueos. Este no fue el caso de Mendoza, donde  los uniformados siguieron cumpliendo con su tarea, aun inmersos en los reclamos.
Más allá de que el conflicto se extendiera a las provincias, Appiolaza marcó la particular situación de Córdoba, donde aseguró que el nivel de connivencia entre las estructuras policiales y el poder político están tan profundamente ligadas que era imposible que el Gobierno se parara en la vereda de enfrente del reclamo. “Los antecedentes de datos de corrupción de la policía de Córdoba, de vinculación con el narcotráfico desde hace muchos años y la relación con los niveles gubernamentales es estructural, ahí es donde ha funcionado como modelo perfecto un doble pacto. Un pacto es el político-policial, en el cual los funcionarios políticos delegan la cuestión de la seguridad en la policía a cambio de que mantengan la cosa tranquila y no tengan escándalos que los afecten en su gestión política. El otro es un pacto policial-delictivo, que tiende a regular el funcionamiento del delito en el territorio. Por lo tanto hay un nivel de complicidad por una parte y de mirar para afuera; cuando esto se pudre, cuando hace eclosión, están todos metidos en el barro”.
Para Appiolaza, el reclamo que se extendió a las provincias sacó a la luz un problema sistémico de las policías con características bien definidas, que enumeró. Una organización militarizada, verticalista, con una tropa de trabajadores poco calificados sometidos a regímenes en los que existe violencia institucional interna, abusos, pocos canales para plantear sus demandas, sumado a que se sienten sobrepasados en momentos en que se incrementa la violencia, porque carecen de herramientas conceptuales, doctrinales y metodológicas para enfrentarla. Esa combinación, dijo, termina explotando siempre de la peor manera.